viernes, 4 de enero de 2013

SAN PETERSBURGO: Segunda Parte

Ya estamos de vuelta!!!

Como dije en la primera parte, se avecinaba un buen viaje, y así ha sido, no hemos vuelto defraudados de este maravilloso destino, a mi la sensación que se me ha quedado es que tengo que volver, la próxima vez sin nieve.

Partimos de Barcelona con muchas ganas y algo de sueño, así que los que pudieron, durmieron. Los otros en cambio nos distrajimos comiendo y leyendo. Tras una breve escala en el aeropuerto de Zurich, inmenso, nos montamos en el avión con destino a San Petersburgo, cada vez estaba más cerca. En este avión aún tuvimos que rellenar un formulario más para tenernos localizados en Rusia, tela la de papeleo que hay que hacer para visitar este país. Por fin aterrizamos en Pulkovo, y empezamos a pasar controles, que si registrarte, que si el visado, que si los escaners...menos mal que los españoles les caemos simpáticos, y se hace algo más llevadero, porque las sonrisas y la amabilidad brillan por su ausencia en este país. A la salida de los controles nos esperaba nuestro amigo, así que tras cambiar unos pocos rublos para coger el bus y prepararse para el frío, salimos dirección el hotel.





Estábamos instalados en Nevski Prospekt, así que lo que hicimos fue coger el bus número 13 o el 3, no recuerdo cual, y bajar en la parada de Moskovskaia, donde cogeríamos la línea 2 del metro y bajaríamos en Maiakovskaia. Cosas a tener en cuenta del transporte público, lo primero es que es muy eficiente, lo segundo es que es muy barato para nosotros y lo tercero es que debes mirar bien sobretodo en el bus, ya que te puedes perder. El metro es bastante fácil de moverse, con la salvedad de que si en una parada confluyen dos lineas de metro, esa parada se llamará de forma diferente para cada linea, así que cuidado de no pasarse de la parada!!!. Otra cosa es que no hay bonos para el transporte público, a menos que esté un mes allí. El metro cuesta 27 rublos, y el bus varía según la linea entre 23 y 35. Puede ser que te hagan pagar por las maletas, pero bueno, es un gasto asumible. Lo que yo no haría es pillar un taxi, ya que son una poco diferentes y te toca negociar el precio con el conductor antes de subir, además que hay taxis oficiales y otros no oficiales.



Empezamos la visita como no en la calle en la cual más tiempo pasaríamos, que es Nevsky Prospekt. Las principales cosas que vimos son las siguientes, por orden de aparición, como hacen en las películas, pero desde el centro dirección el Hermitage. Junto al río Fontanka te encuentras con el Palacio Beloselski-Belozerski, un palacio de arte rococó que se encuentra junto al río, al atravesar el puente Anitchkov, se encuentra el Palacio Anichkov, éste de estilo barroco que servía de aduana en el siglo XIX. Si se sigue caminando un poco, te encuentras con el Jardín de Catalina, donde se encuentra un monumento a esta zarina, con forma de campana, con el Palacio Ostrovski al fondo del jardín. Con lo poco que llevábamos caminando, y ya nos tocó entrar en una tienda a entrar en calor, la victima fue la tienda del Zenith, el equipo de fútbol local, allí cogimos temperatura y fuerzas para seguir paseando. Nos encontramos con el Bolshoi Gostiny Dvor, que era la Feria de los Comerciantes, un antigua centro comercial, que ha sido remodelado, aquí además de numerosas tiendas, podemos encontrar una parada de metro, por si las moscas...


Por la misma calle, nos chocó ver un edificio cuyas paredes eran de color turquesa, se trata de la Iglesia Armenia, dedicada a Santa Catalina, ahora sirve de culto para la comunidad armenia. Junto a ésta, otra iglesia, en este caso católica, Santa Catalina de Alejandría. En la acera de enfrente y cruzando el río, no pasa desapercibida una de las tres Catedrales más impresionantes de la ciudad, como es Nuestra señora de Kazán, con una cúpula de 76 metros, y con unas columnas que recuerdan a la basílica de San Pedro del Vaticano, hay que aprovechar y entrar, porque la entrada no es de pago, cosa rara, ya que casi todo es de pago en esta ciudad. ya que nos quedaba poco acabamos recorriendo esta calle, hasta llegar a la plaza del Hermitage, viendo el Palacio Stroganov y el Palacio Wawelberg.



Lo cierto es que con poco tiempo en esta ciudad te das cuenta de los millones de cosas que hay para ver, y del poco tiempo que parece que tendrás para visitar todo, pero bueno, te haces el ánimo, y te pones las pilas para pasear la ciudad!!!

A la vuelta de este primer "paseo", callejeamos un poco, viendo algunos edificios gubernamentales, y algunos parques, donde aunque no había mucha gente, por el tiempo, te hacías una idea de lo bonito que puede llegar a ser eso cuando la nieve no cubra los parques. De todas formas, el paisaje nevado es más que precioso.

El siguiente paseo lo iniciamos en la Philarmonie, uno de los teatros musicales de la ciudad, donde la oferta cultural es enorme. Justo delante se encuentra la Plaza de las Artes, donde se puede visitar el Museo Ruso, principalmente alberga arte ruso. También se puede visitar el Museo de Etnografía, donde se ve la evolución del pueblo ruso. También se puede ver en otra parte de la plaza el Museo Brodski. Todos estos museos son de pago, así que dependiendo la preferencia de cada uno se puede visitar el que quiera. Luego pusimos rumbo a una de las visitas que más me impresionó, la Iglesia del Salvador de la Sangre Derramada, inspirada en el Kremlin, vale la pena entrar, lo único que cierran a las 6 de la tarde y la venta de entradas se cierra a las 5 de la tarde, por lo demás, una visita especial.




Junto a esta maravillosa iglesia, se encuentra el Castillo de los ingenieros, o castillo Mijailovski, que es unas fortaleza mandada construir por Pablo I. Además se puede visitar un parque, el Parque Mijailovski, por ello también es conocido el Castillo por tal nombre. Cerca de la Iglesia, podemos encontrar las instalaciones de las Caballerizas imperiales, y la casa museo de Pushkin, donde se encuentra la última residencia del escritor ruso.

El siguiente día, cogimos el bus para iniciar las visitas en la Catedral de San Isaac. Es una de las más grandes del mundo, la segunda o la tercera, creo que la tercera me dijeron. Obviamente se paga para entrar, y hay que comprar dos tickets diferentes, uno para la visita y otro para subir a su cúpula. Si no vais a subir a la cúpula, os vais a perder una de las mejores panorámicas de la ciudad, como nos pasó a nosotros, pero a nosotros fue porque en invierno está cerrado, debe de hacer verdadero frío. De todas formas poder ver la cúpula desde en interior es majestuoso; como la ciudad, esta catedral en inmensa.



Luego seguimos dirección el teatro Marinsky, donde toca la orquesta más famosa de la ciudad, que está justo en frente del conservatorio de Rimsky Korsakov, donde tuvimos el placer de entrar gracias a nuestro espectacular guia...la verdad, una pasada de conservatorio, donde se veía la calidad musical de los grandes músicos que han pasado por allí a estudiar y a dar conciertos. Lo cierto es que el paso del conservatorio al teatro Marinsky muchos lo han tenido al cruzar la calle...

Tras la visita cultural y repostar fuerzas comiendo algo y entrando en calor, nos dirigimos hacia una de las plazas más conocidas de la ciudad, Sennaia Plochtchad, la plaza del heno, que es donde se encontraba la sede más antigua del mercado central de la ciudad; aún tiene ambiente de mercado con los numerosos quioscos que hay, pero lo cierto es que distaría bastante de lo que fue en la antigüedad.



Pues nada, de momento lo dejamos aquí, en la próxima entrada más visitas de este viaje...
Da svidanja!!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario