martes, 16 de octubre de 2012

MUNICH - SALZBURGO


Hola a tod@s

Esta escapada la hicimos en abril, esperando que no hiciera mucho frío, pero obviamente aún hacía un poco de frío por tierras bávaras. Fue una escapada de 5 días, pero por horarios de vuelos pasamos medio día en Alicante.

El vuelo no estuvo mal, aunque desplazarse desde Memmingen a Munich es un poco lento con el bus, aunque sí lo más cómodo, ya que con el tren debes hacer un trasbordo. Recomiendo comprar los billetes del bus por anticipado, ya que además de ser más económico, te aseguras de tener plaza en el bus. Aquí os dejo el enlace de la página de los autobuses www.allgaeu-airport.de

Una vez en Munich nos dirigimos a Salzburgo, con un tren regional, aprovechando el Bayern Ticket, que te premite viajar todo el día por 25€ hasta un máximo de 5 personas, cabe destacar que además de la red de trenes regionales, también incluye el metro de Munich, acordaos de firmarlo, que es el único requisito. El viaje es bonito, viendo los alpes nevados y toda la vegetación que hay.


En menos de dos horas llegamos a Salzburgo, donde nos esperaba una amiga para hacernos de excepcional guía. Sin perder ni un minuto dejamos las maletas y comimos, que el hambre apretaba, para ir a probar uno de los mejores cafés que se suponía que hay allí (no entiendo en exceso de cafés, pero no me sorprendió gratamente). Nos dirigimos a la parte alta de la ciudad para poder tener una panorámica majestuosa de la ciudad y dar un paseo por los alrededores llenos de callejuelas al son de la falda de la montaña, recordando la película "Sonrisas y Lágrimas".


La ciudad no es muy grande, es accesible, y debido a sus montañas, es muy fácil de ver. Gira todo en torno a Mozart, que para eso es su ciudad natal, aunque tiene cosas que ver. Se podría decir que este es un viaje cervecero, si os gusta la cerveza, ya que en la misma ciudad se pueden visitar un par de fábrícas de cerveza, la de los monjes agustinianos es una de las paradas típicas, donde pasar los fríos días de la ciudad comiendo bebiendo y disfrutando de muy buena compañía. A las afueras se encuentra la fábrica Stiegl, donde además de comer y beber se pueden ver las instalaciones donde se hace esta cerveza.

Además de la cerveza, se puede visitar la casa de Mozart, los jardines de Mirabell, pasear por Getreidegasse, o por Linzstrasse. Desde Salzburgo, además del centro de la ciudad se pueden visitar bastantes cosas en excursiones a sitios cercanos, la fábrica de Redbull, las minas de sal de Hallein, las fortalezas y castillos cercanos, etc... de todas formas, en las oficinas de turismo se ven las excursiones que se pueden hacer de forma más detallada.

Tras la visita de un par de días a Salzburgo, nos dirigimos de vuelta a Munich, a disfrutar de la capital Bávara. Teníamos el hotel en pleno centro, un NH de 4 estrellas que buceando por internet encontramos de oferta al precio de un B&B.  Tras instalarnos y descansar un rato, salimos a disfrutar a tope de esta enorme ciudad, decir que pensaba que sería más pequeña, pero las distancias son enormes!.

Aquí si que hace falta utilizar el transporte público para ir de un sitio a otro, lo más económico, cómodo y rápido es el metro, siempre hya una parada cerca del monumento que vas a visitar. Nosotros empezamos por salir del centro y dirigirnos a la zona del parque olímpico, Olympiapark, muchas cosas que ver en esta zona, construída para las olimpiadas del 72, pero que tiene un uso continuo. Visitar alguno de sus pabellones, el estadio olímpico, la torre Olympiaturm con 290 metros de altura...la visita no es económica, pero si te gusta, como no visitarlo todo, hay packs de entradas, y puedes pagar sólo por aquello que quieras visitar.



De aquí lo más cercano es el complejo de BMW, con su gran concesionario, su fábrica, el museo, un sin fin de cosas. Que no os pase como a nosotros que fuimos el lunes y estaba cerrado. De todas formas el complejo es impresionante. Nota: el precio del museo es de unos 18 €.


De aquí ya volvimos a la zona centro, a visitar el Englischer Garten, el pulmón de la ciudad, y como no, fuimos a comer con una cerveza junto a la torre china que hay en el centro del parque, allí puedes llevarte la comida de casa, pero la bebida debes comprarla. Ver hacer surf en las olas del río que pasa por el parque no tiene precio en una ciudad sin mar, es uno de los espectáculos que uno no debe perderse.



Tras el paseo, decidimos coger el metro para visitar otra de las atracciones que está alejada del centro, el Allianz Arena, para un futbolero, visita imprescindible, aunque hay que valorar que es solo ver el estadio y la tienda, no se puede hacer un tour por dentro del estadio, y desplazarse hasta allí para ver la fachada del estadio tal vez sea un precio elevado.

Como ya estaba atardeciendo, decidimos ir a tomar otra cerveza, y donde mejor que en Hofbräuhaus, la taberna más famosa del mundo dicen los entendidos, me llevé una desilusión al ver los precios más que elevados de las jarras en la tienda de HF, 40€ por una jarra me parecía excesivo. Aun por los caros precios de su merchandaising, la velada fue placentera, mucho ambiente, música en directo, comida en abundancia, buena compañía, que más se puede pedir... Tras callejear para ver el ambiente nocturno de la ciudad nos dirigimos al hotel a dormir y descansar para estar otra vez a tope a la mañana siguiente.

El día amaneció nublado y se puso a llover, que junto con el frío, no hacía precisamente un día bueno para salir, pero de todas formas pusimos el modo excursionista y salimos a ver la zona centro. Aquí dependiendo las ganas que tengas ves más o menos cosas, pero ves cosas, ya que es una ciudad muy rica en monumentos, museos, tiendas, etc. Yo recomiendo ver Marienplatz, el centro neurálgico de la ciudad, a las 11 su carrillón suena, y eso hace congregar a muchos turistas que como nosotros hacíamos fotos y vídeos; Asamkirche, Frauenkirche, Peterskirche, Königsplatz, alguna Pinacoteca; vamos, que hay marcha para un par de días o más.

Como no siempre hay algo que visitar cerca de Munich, en este caso para mi la mejor visita es ir a Fussen a visitar Neuschwantein a ver el castillo del Rey Loco, o a Dachau, ambas visitas duran más de medio día, y mejor llevarlas planificadas, con los billetes de bus comprados con antelación, sino puedes llegar y no tener plaza para visitar los castillos.

Es un viaje tanto gastronómico, por llamarlo de alguna forma al beber cerveza, cosa típica en los bávaros, como cultural, lleno de monumentos y cultura por cada rincón de las dos ciudades que visitamos. Yo me quedé con las ganas de hacer alguna excursión para andar por las montañas de los Alpes.

Un saludo.

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