jueves, 18 de octubre de 2012

MILAN - LUGANO


Hola de nuevo!

Esta vez fue escapada cuando vivía en Italia, pero si vuelas a Milan, más concrétamente al aeropuerto de Bérgamo, con una compañía Low-cost, para llegar a Milan hay más de una opción: taxi, coche alquilado, ir a Bérgamo ciudad y de allí en tren a Milan, o coger un bus desde el aeropuerto hasta la estación central de trenes de Milan. Esta última opción cuesta 9 euros y se tarda como una hora en llegar al centro de Milano, tened cuidad que a mitad trayecto el bus hace una parada en un apeadero de trenes que te puede confundir y hacer que te bajes, notarás cuando realmente entras en la ciudad, que realmente es grande. por cierto, si tienes tiempo, recomiendo ver Bérgamo, muy bonito y totalmente distinto a Milano.

El motivo de la parada en Milano antes de pasar a Suiza era claro, ir a San Siro a ver un partido de calcio, un Inter-Roma, así que hubo que llenar el resto del día visitando la ciudad. Decir que Milano tiene muchas cosas que ver, aunque no tantas como cabría esperar de una ciudad de su relevancia.


Desde la estación central, que es inmensa, la primera parada fue la de comprar un billete "giornallero" de transporte público, solamente nos constó 3 euros, y simplemente es la opción más recomendable para moverse por la ciudad, y con el billete nos fuimos a dejar las maletas al hotel, que estaba cerca de San Siro, para no perder mucho tiempo y descansar lo máximo. De vuelta al centro, fuimos a la galería V. Emanuele II, a comprar las entradas, y ya de paso, pues vimos semejante galería, toda llena de lujo, y lo mejor son sus cuatro esquinas, tres de ellas ocupadas por famosísimas tiendas de ropa y joyas, y la última de las cuatro ocupada por ese famosillo restaurante escocés, el McD... que grande!!! la esquina más llena de las cuatro ya debéis imaginar cual es.



De vuelta a la plaza del Duomo, y antes de entrar al Duomo, deberíais pasar por la oficina de turismo, donde te puedan informar de alguno de los muchos espectáculos que tiene la ciudad. Está justo enfrente de la galería. Ya dentro del Duomo, decir que me sorprendió grátamente, no me la imaginaba así por dentro. Simplemente deslumbrante. De aquí fuimos a ver el teatro de la Scala, la ópera de Milan, donde ver una ópera no es tan caro como parece, sólo hay que ir el mismo día de la función, y se encuentran entradas bastante económicas.

Una vez visto lo principal, nos separamos ya del centro. Visitamos la universidad, Giardino della Guastalla, y tras deambular sin rumbo, llegamos incluso al edificio Pirelli, subimos por la calle Dante a buscar el Castello Sforzesco, donde nos tumbamos un rato a descansar, hasta que llegamos al arco de la paz. Tocaba hacer un poco de shopping, y como no entramos en la zona de tiendas de estas que hay poca ropa, pero algo cara. Aunque volvimos a la zona de tiendas "normales".



Decir que aquí no nos paramos a ver museos, ya que solamente estábamos un dia en Milano. Ya se acercaba la hora del partido, así que fuimos a ponernos la camiseta de Inter, a comprar algo para comer viendo el partido, y hacia el estadio. Una vez dentro, otra forma de entender los partidos, de animar, etc. Resumiendo, ganó el Inter.

Al dia aiguiente, una vez levantados y desayunados, nos dirigimos a la estación central de trenes para tomar un tren que nos llevara a Suiza, a Lugano más concretamente. No fue tan caro como pensábamos, pero si cabe recordar que vas a Suiza, y aunque este fuera el cantón Ticino, se nota que es todo más caro. Lo primero que te das cuenta es que el tren regional tiene más nivel, más calidad. Decir que el viaje dura una hora y media, y que atraviesas la zona de Como. Personalmente aunque el lago di Como es bonito, a mi me gustó más el lago que había en Lugano, o el de Garda. Es necesario llevar el pasaporte, porque ya no estás en la UE, y te lo piden en el propio tren, ya depende de las pintas que te vean pueden llegar a registrarte, aunque a nosotros no lo hicieron, también se necesita más "cash" de lo normal.



Una vez en Lugano, la primera impresión es que es una ciudad de contrastes, con las montañas de los Alpes y el lago de fondo, lo que implica un desnivel considerable. Nosotros fuimos al hotel, esta vez fue de foto, a dejar las cosas para dar un giro por la ciudad. No es que tenga muchas cosas que ver, pero no está mal dar una vuelta, ver la catedral, el barrio antiguo, sus parques preciosos, el paseo que hay junto al lago, su casino donde pasamos un rato de la noche, y como no todas sus tiendas. Se nota el poder adquisitivo de los suizos, y eso que no es Zurich, que es un cantón de los menos poderosos  adquisitivamente. Para que os hagáis una idea, un menú medio de mcdonalds cuesta alrededor de los 15 euros al cambio. Decir que la moneda es el franco suizo, y que nosotros sacamos dinero en los cajeros, ya que ibamos con una tarjeta que no cobra comisiones para cambiar moneda. Lo único que para descambiarla si pasamos a un negocio propio de esto.



Tras ver la ciudad tanto de día, como de noche, fuimos a descansar al hotel. El segundo día lo dedicamos a ver los alrededores de la ciudad. Se pueden hacer excursiones por el lago en barco, subir con un tren cremallera a la cima de las montañas para ver una panorámica espectacular de la zona, que es lo que hicimos, no era excesivamente caro. Aunque también se puede alquilar unas mountain bikes para hacer lo mismo que hicimos nosotros, solo que a tu ritmo e introduciendote más en la naturaleza, y cualquier deporte de aventura, funicular, parapente...hay oferta si te gusta la variedad.

Decir que visitar esta ciudad fue un acierto, ya que te alejas del bullicio de Milan, y pasas a una tranquilidad y relax que no te imaginas. Es la típica ciudad a la que no vas a hacer turismo, sino a relajarte.

Un saludo.

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