miércoles, 17 de octubre de 2012

BERLIN


Holaaaaaa

Esta escapada la hice la primera semana de diciembre, para vivir un poco la ciudad, ver el ambiente de los famosos mercadillos de navidad...y pasar frío!!! que hacía un frío tremendo!!!! Coge todo el abrigo que puedas, ya que igual estás a 5 grados como a menos diez tranquilamente.
Esta ciudad es de las que no te dejan indiferente, por su gran importancia social, y su gran oferta cultural. Luego el gran ambiente que tiene la ciudad, no pega con las otras ciudades alemanas que he visitado.

Pues nada, tras buscar la opción más económica para volar, ya que no había enlace directo desde mi ciudad con una compañía de bajo coste, y utilizar una de estas compañías suponía gastar lo mismo que volar directo desde "casa", me decidí por volar con Air Berlin, gran acierto, ya que aterrizas en el aeropuerto de Tegel, como no en el propio núcleo de Berlin, donde lo único que hay que hacer para llegar al centro es coger un autobús de linea y trasbordar al metro, con sus dos tipos, las lineas U y las S, unas son subterráneas y las otras no creo recordar, lo cual ahorra en trenes, taxis o demás gastos evitables si lo deseas.




Tuve la suerte de hospedarme en Kreuzberg, zona que estuvo sitiada por ambos lados del muro, lo cual hace que se vea el ambiente un poco abandonado del barrio. Tras ir a cenar cerca de la Fernsehturm y tomar una copa en casa de unos amigos de allí, de vuelta a casa, a tomar fuerzas para iniciar la visita con calma al día siguiente, la cual me sorprendería al empezar a nevar.

Pues nada, aun con el frío que hacía, iniciamos la marcha, que Berlin nos esperaba. Partiendo desde Postdamer Platz hasta Parisier Platz hay muchas cosas que ver. En Postdamer destacar el Sony center, todo nuevo, ya que quedó destruido tras la guerra, unos trozos de muro se pueden ver. Subiendo te encuentras la zona de las embajadas, y llegas a uno de los puntos que más me impresionaron, el monumento al holocausto, la serie de bloques de hormigón que representa el trascurso de la guerra. De aquí ya se veía la Puerta de Brandemburgo. Una vez vista, es visita obligada, y gratuita, subir a la cúpula del Reichtag, y ver el Tiergarten desde allí, así como el río, y de gran parte de la ciudad. Desde aquí me dirigí a Hauptbanhof, a ver esta obra de la ingeniería, y es que la cabra tira al monte, y había que verla.



Tras comer y reponer fuerzas, paseamos por Unter den Linden. Mil cosas que ver hasta que llegas a la catedral, Dom en alemán. Bebelplatz, Humbold Universitat, Schinkelmuseum, Museuminsel donde entrar al Altes Museum es indispensable, en una plaza descubrir al mirar al suelo un cristal donde se ven libros, que simbolizan todos los que fueron quemados en la época de la guerra impresiona; no te dejes de ver todas las iglesias de la zona, así como los teatros de la ópera. Si además de cada edificio que ves, le sumas algún mercadillo navideño, donde tomar un gluevwien para calentar el cuerpo, lo que sucede es que se te pasa la tarde sin ver todo lo que querías. Eso si, allá a lo lejos ves la torre de la televisión, y echas alguna foto con el contraste de la catedral con la un pirulí moderno; subir a la torre no es barato, pero hay 2 opciones, o pagar para ver las vistas de Berlin, o acercarse a un edificio de la universidad, a su azotea más concretamente, donde subir es gratis y ves lo mismo, pero sin el glamour de subir a la bola. Ya de noche, hay una gran cantidad de cosas que hacer, aquí ya depende de tus gustos, pero como no visitar alguna fiesta Techno o ver algún concierto clandestino, Berlin siempre te sorprende, y a mi lo hizo.



Tras dormir, nos fuimos a Alexanderplatz a ver un momento la parte Oriental, o el homólogo de Postdamerplatz, no está mal, el famoso reloj de Erich John es su mayor reclamo. Una vez visto cogimos el metro para ir a Tiergarten, entrar en el Philarmonie y de ahí ir a comer junto al "pintalabios", el Gedachtniskirche y dar un paseo por Schoneberg, para ver los contrastes de este barrio, y como no, momento friki, entrar en el KDB o como se escriba, estos son los grandes almacenes más famosos de la ciudad, y quizás del país. La noche acabó en una de las fiestas cercanas al Tacheles, edificio que hay que visitar tanto de día como de noche, impresionante, de las cosas que más gratamente recuerdo de Berlin, en ella es donde hay salas donde los artistas crean, donde hay cine, discoteca, vamos, indispensable parada si te gusta lo alternativo.



Otra visita que hicimos fue ir a la Bauhaus, que aunque no sea la sede central, ver un poco de W. Gropious ya vale la pena!, no es muy cara la entrada, pero se disfruta mucho, obviamente si te gusta el diseño.De aquí a la East Side Gallery, a ver el trozo más largo que queda del muro, con sus impresionantes grafitis, casi dos kilómetros de arte y memoria histórica de lo que era esta ciudad que fue dividida. No te quedas indiferente.



El último día fuimos a ver el barrio judio, la pagoda, check point charlie, vamos, las cosas más representativas que faltaban por ver, que no quiere decir que lo vieramos todo, pero bueno, algo es algo, que en cinco días no se puede ver Berlin. Destacar que en Check Point Charlie te puedes hacer fotos y que te sellen el pasaporte, por un eurito, no es mucho, y este tipo de cosas hay gente a la que les gusta. Se me olvidaba, para los amantes de los Ramones, junto a un templo ortodoxo se encuentra el museo en honor a este grupo de música.

Me hubiera gustado ver algo más como los bunkers, y temas de la guerra, pero iba visitando la ciudad con un judío, y según me explicó su familia sufrió el nazismo, y no le apetecía mucho visitar esa parte de la ciudad, cosa que se comprende sin problema. No obstante, muy buena la visita, con ganas de volver pronto, y creo que este año tendré la oportunidad de volver a ver todo aquello que me perdí...tal vez cuando vuelva me coja uno de esos tours que se hacen de forma semiclandestina en el idioma que tu hablas.

Cosas a tener en cuenta:
Existe la wellcome card, que te ofrece descuentos para visitar monumentos además de para viajar en transporte público por 3 zonas, depende lo que vayas a hacer vale la pena o no, claro está.
Compra billete siempre, aunque veas que no hay revisores, los hay y van de paisano.
Si compras la entrada en la isla de los museos, cuidado porque te la dan para una hora en concreto.
En general la ciudad es bastante barata, si queréis os digo donde fui a comer, pero tampoco es plan de publicitar...jejeje.
Esta la página web de transporte público de Berlin, que funciona a la perfección, por si dudas de como ir a un sitio y la hora, son más que puntuales.

Un saludo




No hay comentarios:

Publicar un comentario